lunes, 25 de enero de 2010

DomingoAstromántico I do like Mondays

Pensaba ayer domingo en particular en los domingos en general ... en la importancia del domingo.
El domingo es el día clave de la semana, si eres feliz los domingos, todo va bien. Si los domingos son raros, si los domingos te producen desasosiego, si los domingos te inspiran demasiado, si cuando te gustaría desaparecer de la faz del planeta es precisamente un domingo, si los domingos ves en blanco y negro, y si por todo eso además piensas que las cosas son así porque tienen que ser así ... tenemos un problema, entonces seguro que las cosas no funcionan en este mundo tal y como a tí te gustaría que funcionasen. Esa es mi teoría, seguramente sin sentido, como mucha de las teorías que yo elaboro en mi cabeza, discuto conmigo misma y, afortunadamente, no comparto con casi nadie.
Esto no tiene nada que ver con eso de "me deprimen los domingos porque mañana es lunes", nada que ver. Además, tú ya lo sabes, a mí me encantan los lunes, I do like Mondays, siempre fue mi día favorito, el lunes, con sus seís días por delante, me ofrecía la posibilidad de tantas cosas, de tantos planes, ... eso sí, todo acababa en un domingo (a veces en color, a veces en blanco y negro).
Ahora me siguen encantando los lunes, pero también los domingos ... ahora, para mí, todos los días son lunes, ahora me gusta simplemente abrir los ojos por la mañana, me da igual el día de la semana, después ya me las apañaré yo con mis cosas independientemente de que sea fiesta o no, de que haga sol o de que llueva.
Desde el día en que en mi vida tropecé con mi particular House disfrazado de Dios en versión capicúa ya ningún día de la semana volvió a ser igual para mí ... el estribillo de la canción cambió.



El domingo es un día de levantarse tarde, un día de brunch con cantidades insdustriales de tortitas con kilos de nata y litros de chocolate, es un día de cine, de café, de hacerse fuerte en el sofá, de manta, de peli, de pizza, de periódicos, de suplementos de periódicos, de paseos, de música, de desorden, de baños largos con mucha espuma, de una pastilla en vez de dos, de tabletas de chocolate y te perdono el platano para merendar, de pensar y no pensar, de hablar por teléfono con aquellas personas que entre semana no son las mismas porque no tienen tiempo para pasar una hora hablando por teléfono de cosas que se supone que no son importantes aunque a veces (casi siempre) sean más importantes que las que ellas se creen que lo son, porque dime tú si no es importante hablar durante un largo rato de "no sé si me gusta más el chutney de mango o la salsa de cebolla caramelizada que me gusta tanto que el otro día casi me la echo en el yougurt natural pero no lo hice por miedo a que me flipara la combinación porque estoy un poco asustada con las cosas que me gustan últimamente y mira tú por donde ya va siendo hora de que aprenda a combinar bien las salsas aunque creo que nací con ese instinto un poco atrofiado porque me pasa igual con la nocilla (con la nutella en su defecto) que la mezclo con todo y luego me miran mal y además creo que les estoy pegando esa manía a mis hijos porque el otro día Catalina me pidió un bocadillo de nocilla con plátano y galletas y yo no quiero que mis hijos sean raros por lo menos de momento aunque luego me paré a pensar en la combinación de ingredientes y tampoco estaba tan mal ... pero le dije que no que no tenía platanos porque el último se lo había comido Bruno después de tirar el resto a la basura porque estaban pasados pero que sacase un tubo de leche condensada de la nevera y que se preparase un bocadillo con lo que quisiera imaginación al poder luego dicen que somos raros y va a ser verdad que todo es por mi culpa ... bueno te cuelgo que me llama mi madre por el fijo que sólo hemos hablado hoy tres veces ciao".Esa conversación sólo puede tener lugar un domingo por la tarde, eso está claro.

Ahora, los domingos, yo canto cosas como "te deslizas como si fueras de viento, y al contacto con mis dedos te desvanecieras heeey ey hooo ... si tu magia ya no me hace efecto, ¿cómo voy a continuar?, si me sueltas entre tanto vientoooooooo, ¿cómo voy a continuar? .... ¿cómo voy a continuar? ... "



Antes los domingos eran para mucha gente día de fútbol, y yo a veces me he tragado algún domingo de fútbol, pero ahora cualquier día es día de fútbol, o al menos esa impresión me da a mí, porque que yo sepa, hay sábado de fútbol, miércoles de fútbol, lunes de fútbol, y si no, pues ponte a zapear por la kilométrica lista de canales de las actuales teles extramegaplanasdediseñoalucinante y encuentras fútbol, así que el domingo ya no es lo que era (en lo que al fútbol se refiere). Sólo me queda conseguir que alguien con el poder de prohibir cosas prohiba la emisión por radio de esa joya de programa llamada "Carrusel Deportivo", que algunos viajes de vuelta de domingo he tenido que sufrir encerrada en un vehículo, llamesé coche de alguna alma poco caritativa como la de mi primo, llámese autobús de línea Santander-Madrid. Pero eso pasó hace mucho tiempo, ya no viajo en autobús de línea y hace años que no veo a mi primo (iba a decir ni ganas que tengo, pero no lo digo). Pepe sabe que hay cosas que no, porque no, y una de ellas es sintonizar el maldito carrusel del gol en la condomina cuando yo estoy a menos de 150 kilómetros a la redonda. Es que el nombre le viene que ni pintado, carrusel, mareo, todo me da vueltas, carrusel, y si lo mezclamos con tabaco ... pues, todo me da más vueltas, que se calle ese señor que grita, que se calle por favor, puritos rei, jamones, y coñac ... gol en el benitovillamarin gooooooooool, lo dejo me estoy mareando de verdad ...

El domingo es un día de vueltas, de atascos, de pensar en que el fin de semana es muy corto y no da para nada, el domingo es un día tonto, o listo, para muchos el día del señor, para otros el día de libranza, para muchos el día de comida familiar y tarde en casa de los abuelos, otros se van al campo, a saltar como cabras, y cuando hace buen tiempo se llevan la comida y (algunos) lo dejan todo hecho un cisco.

Para muchos los domingos no tienen remedio ni solución ni arreglo, hay que pasarlos, y si no que se lo pregunten a un muy buen amigo mío, el sí que sabe sufrir como nadie lo que es un domingo.
Y como no sabía cómo acabar de hablar de los domingos le pedí a este amigo que me diera una palabra para definir domingo y me contesto sin pensar ni un segundo : el terror. Ahora sí que la fastidié, ya lo complique todo más. Ahora sí que nadie va a entender nada de nada. Sólo decir que César, ¡anda! escribí sin querer su nombre (lo siento César, pero es que me tengo prohibido corregir este blog, espero que no te importe) es una de esas personas con las que comparto esas teorías absurdas y no tan absurdas que se me ocurren a veces de noche y a veces de día.
Pero al contrario que a mi amigo sin nombre, a mí sí me gustan los domingos. A mi hija, no, y a mi padre tampoco, pero esa es otra historia para otra ocasión.
Ahora mis domingos son bastante astrománticos ...

miércoles, 20 de enero de 2010

"Madrid-San Diego sin utilizar el lavatory" (y sin explotar en el intento)

Tres horas y diez minutos. Ese es el tiempo que he tardado hoy en recorrer la distancia entre Pozuelo de Alarcón y Polanco. Lo sé. Sé lo que estás pensando. Estás pensando que he corrido demasiado, que la velocidad a la que he conducido mi coche ha sido inadecuada, que me he pasado. Pero no, no ha sido para tanto. Despacio, obviamente, no he conducido, pero tampoco tan deprisa, y por supuesto, no he hecho el loco ni he cometido imprudencias. Hay que reconocerlo, las carreteras han mejorado, ahora se puede llegar a Santander por la estupenda autovía de la meseta sin tener que seguir y adelantar camiones, sin tener que bajar ni las Hoces ni el puerto del Escudo, sin tener que reducir la velocidad cuando ya casi rozas tu destino. Cuando viajo sola conduzco más deprisa, no lo puedo evitar ... Hoy he tardado dos discos de Love of Lesbian y una lista de reproducción de no muchas canciones en llegar a mi casa. Menos mal que a mi madre no le ha dado por calcular el tiempo transcurrido desde mi llamada de "ya salgo" hasta el abrazo de bienvenida, generalmente lo hace y siempre, tardemos lo que tardemos, dice "habéis corrido mucho, no os esperaba tan pronto", hoy la he pillado despistada, se ha debido distraer preparando el exquisito arroz con almejas del Cantábrico que me ha sabido a gloria (celestial). Y del arroz con almejas al sofá con chimenea, para el que, esta vez, no tengo competencia, todito para mí. Nadie se puede imaginar la cantidad de horas que sería capaz de pasar tirada en ese sofa, si me dejaran las circunstancias que nunca me dejan, sin levantarme ni siquiera para ir al baño. Es que nadie se puede imaginar la cantidad de horas que puedo estar sin ir al baño, y que no me oiga mi madre, que se pone enferma por mi culpa. Te lo prometo, una vez, cuando mi problema de claustrofobia estaba en su pico más alto, no es que no me montase en ascensores ni en metro, es que no podía entrar ni en los baños de los aviones. Y por aquellas fechas, hace ya un muchos años, me monté en un avión en Madrid Barajas con destino a Nueva York JFK, y me dije, "total, 6 ó 7 horas aguanto, cuando llegue a JFK voy al baño", pero el vuelo se retrasó y tenía una conexión para San Diego, y tuve que correr como una loca para no perder el vuelo, y en JFK hay que (re)correr muchas millas para llegar de un lado a otro, y yo no sabía ni dónde tenía que ir, el caso es que entre llegar y correr y correr y llegar, de repente me ví metida en un avión con destino a San Diego que realizaría un trayecto con buenas condiciones metereológicas, pero de 5 ó 6 horas de duración (my Godness) y, atención, con escala en San Luis, pero no se preocupen señores pasajeros que no se tendrán que bajar del avión (my Godness). Y lo sé, cualquier persona con dos dedos de frente se hubiese metido en el baño del avión para satisfacer su necesidad fisiologica correspondiente, pero yo no tenía (¿tengo?) dos dedos de frente, tenía un nudo en mi cabeza que me impedía entrar en el maldito espacio ese llamado lavatory, y allí me veo, sobrevolando los Estados Unidos de America, God save America, pero firme en mi decisión de no entrar en el lavatory. Sobreviví a la escala de 100.000 minutos, o lo que parecieron 100.000 minutos en San Luis, aterricé en el aeropuerto de San Diego, no sé cuant(ísimas) horas después de despegar de Madrid, anestesiada por las ganas, agotada por las ganas, dolorida por las ganas, muerta de ganas, y cuando bajo del avión y cojo (agarro) mi equipaje y me dispongo a buscar el baño (que no lavatory), un enorme y con cara de pocos amigos chico de color con un cartel en el que se lee "USIU students" agarra mi equipaje y empieza a andar por el aeropuerto a grandes zancadas. No me quedó más remedio que seguirle como pude, y cuando me quise dar cuenta estaba instalada, junto a mi equipaje y junto a un chico japonés y a una chica italiana, en el asiento trasero de una van(goneta) de color, negra, de color negro, una van(goneta) de color, como su driver, que durante ¡30 minutos! (o más) condujo prudentemente por la autopista hasta que se desvió en Pomerado Road, fin de trayecto. Cuando llegué a mi alojamiento, con mi equipaje, no sabía si era de noche o de día, no sabía cuántas horas habían pasado desde que salí de Madrid, sólo sabía que estaba en condiciones de asegurar que el cuerpo humano, por lo menos el mío es capaz de estar más de un día, mucho más, sin utilizar un lavatory ... y sin explotar.




NOTA : Todo lo que se cuenta en este post es verídico, ocurrió tal y como se relata, aquí no hay realidades que parecen coincidencias o coincidencias parecidas a la realidad o parecidos realmente coincidentes. Eso sí, se aconseja no imitar a la protagonista de esta hazaña "Madrid-San Diego, con escala en Nueva York y San Luis sin utilizar el lavatory" ... podría explotar en el intento.

martes, 19 de enero de 2010

Me duele ...

Me duele la cabeza.
Me duele el "hace dos años que ... ".
Me duele la cicatriz.
Me duelen los recuerdos.
Me duele la espalada.
Me duele el corazón.
Me duele la tristeza.
Me duele la alegría.
Me duele el alma.
Me duele mi sonrisa.
Me duele el frío.
Me duelen las canciones.
Me duele el aire.
Me duelen las lágrimas.
Me duele querer.
Me duele no querer.
Me duele pensar.
Me duele una rodilla, cuando salto.
Me duelen mis botas negras ... y mis converse all star blancas.
Me duele el viento, y la lluvia, mi guitarra, la noche.
Me duele el día.
Me dueles tú, y él, y ella ... me duele un anciano que ví en la calle el otro día, llevaba boina, si hubiese llevado sombrero seguramente no me hubiese dolido, pero llebaba una boina negra, y me dolió.
Me duele la garganta cuando trago pastillas, y me duele el estómago después de tragarlas.
Me duele mi médula ósea, ya sé que la médula sólo duele cuando te la pinchan, pero tampoco el corazón duele, sólo cuando se infarta, y a mí el mío me duele, y la médula también.
Me duele que mis amigos me riñan porque no les hago caso.
Me duele hablar.
Me duele escuchar.
Me duele llorar.
Me duele ir ... y venir, y conducir, y girar y andar, y parar, y correr.
Me duele llamar ... y no llamar.
Me duele gritar.
Me duele un brazo, el derecho.
Me duele mentir, y a veces lo hago. Pero también me duele decir la verdad, y casi siempre lo hago.
Me duele cuando respiro.
Me duele la mandídula cuando bostezo.
Me duele Haití.
Me duele el negro, el blanco y el gris.
Me duele soñar.
Me duele el mar.
Me duele eso ... y aquello.
Me duele el pasado.
Me duele lo que pasó.
Me duele lo que podía haber pasado si ...
Me duele pensar en aquella vez que me rompí un diente... y en aquella otra vez que me caí de la bici.
Me duele la mañana, y la luz de la mañana ...

Me duele saber ...

viernes, 8 de enero de 2010

Y Eli me volvió a enamorar ...

Creo que mis dolores de cabeza están empezando a tomar demasiado protagonismo en mi historia y, siendo así, no pretendo hacer como si no estuviesen, pero paso de animarlos y aplaudirlos mientras actúan, que después se lo creen, se ponen chulos y toman el dominio de la situación, así que ayer, después de combatir el dolor del día con mi analgésico favorito en su justa dosis, y a pesar de la ola ésta de frío polar que atraviesa la península (que diría el dicharachero-presentadordeltiempo-señalando-lapantalladelcroma-con-su-cuerpocolocadodeperfil-tapando-misqueridasIslasBaleares) decidí ir, bueno ya estaba decidido, me fui a ver a mi adorado Eli Paperboy en concierto con mi adorado amigo Pancho, bueno adorado, adorado ... con mi queridísimo amigo Pancho, es que me pongo a escribir y me emociono y empiezo a adorar y a querer a la gente sin medida, pero podéis creerme, a Pancho le quiero muchísimo y Eli me encanta 'muchísimo'. El caso es que como hacía mucho frío, pero mucho mucho, y como Pancho y yo estamos un poco, cómo decirlo, un poco piraos (no pirados, no, piraos, que es distinto), pues decidimos ir hasta Madrid con su coche descapotable utilizado en todas sus posibilidades, es decir, descapotado, a toda leche, escuchando a Eli Paperboy a "volumen cuasibrutal" ... el moderno sistema de calefacción del vehículo nos mantuvo confortables durante todo el trayecto, y tenemos unas 57 fotos con 57 risas y sonrisas que muestran gráficamente que nos reímos mucho mucho. Cuanto te ríes tanto es porque te lo estás pasando muy bien, y obviamente, nosotros empezamos a pasarlo muy bien mucho antes de llegar al concierto. Y llegamos a Joy tarde, Eli ya había empezado su show, pero ante el asombro de mi amigo conseguí hacernos un hueco en primera línea de escenario para poder ver bien de cerca los brillantes zapatos de punta morados que lucía ayer EliPaberBoy.



¿Qué cómo se consigue llegar a primera línea en una sala llena hasta la bandera de gente que defiende su preciado trozo de terreno conquistado como si le fuera la vida en ello? pues a base de muchas sonrisas y muchos "perdón, perdón, perdón", según Pancho se necesita un plus, ser tía, no lo sé. Yo digo que tiene algo que ver con el instinto periodístico, la necesidad de llegar al lugar de la noticia, pero no sé ...



el caso es que bien situados vimos un buen concierto, Eli nunca defrauda, Eli es, como dice Pancho, la reencarnación de Otis en chico blanco y simpático, Eli contagia energía y da buen rollito. Salimos del concierto contentos y sintiéndonos jóvenes de espíritu "soy joven, bebo cocacola y no me importa nada". Ayer Pancho y yo estábamos de acuerdo en que, cada uno por sus razones, ya no analizábamos las cosas tanto, ya no le buscábamos el porqué a todo, no todo tiene que tener un sentido, ahora vivimos, disfrutando y sufriendo, pero vivimos, antes analizábamos ... ayer disfrutamos.



Ayer fue la primera vez en mi vida que me perdí en un parking, yo que presumo de orientarme como nadie en esos horribles sitios, faltaban 20 segundos para que expirase el plazo que te dan para abandonar el agujero cuando encontramos el coche ¡Aleluya!. Después de subir y bajar, tu mira por aquí yo miro por allá, nos fuimos igual que vinimos, contentos, descapotados, riendo, escuchando a EliPaperboy y haciendo fotos ...

miércoles, 6 de enero de 2010

Juguetes mágicos y migrañas reales

Yo todo eso de feliz año larara y similares me lo salto siempre, sin embargo puedo asegurar que deseo todo lo mejor para todas las personas a las que quiero, para toda la gente que me rodea y para el resto de los mortales. Pero ese deseo lo tengo cualquier día de cualquier mes del año.
Yo todo eso de regalar en navidad, como que no me va mucho, y mira que me gusta regalar, y que me regalen, y los regalos bien empaquetados, con lazos bien puestos, como en los dibujos animados, pero es que regalar se me hace un poco difícil en navidad. Los regalos que he hecho durante este periodo han sido pocos y no han sido de navidad, han sido regalos porque sí, porque me apetecía y ya está ... porque es más fácil ver a determinadas personas en navidad o por lo que sea que sea (y sí, esto va por tí, porque sé que tú vas a leer ésto, y tú también, y tú no lo sé, puede que sí puede que no ... así que sí, han sido tres los regalos de nonavidad que he hecho). Y es que yo tengo mucha suerte, porque a mi casa llegan los reyes magos, entonces yo no me tengo que ocupar de comprar regalos ni nada, mis hijos nadan hoy entre cajas y juguetes 'a mogollón con moderación' y el salón de mi casa está intransitable, pero no podría ser de otra manera. Además yo no tengo que abrir cajas, montar accesorios ni leer instrucciones ... la magia de los reyes coloca los regalos debajo del árbol y la paciencia de Pepe hace el resto. A mí es que no se me da muy bien abrir cajas, colocar pilas y seguir instrucciones, esto último es lo que peor se me da, no soy hábil, aunque Pepe lo llama "morroquetecagas".
Este año los reyes de oriente han sido muy generosos, como siempre, y a Pepe y a mí nos han regalado un reproductor grabador de DVD porque se nos había estropeado el que teníamos, y los reyes están en todo. Creo que además de grabar, reproducir y no sé cuántas cosas más, me parece que vuela, no estoy segura. Han sido generosos los reyes y se han estirado, porque como todo el mundo en mi familia sabe, a los mayores los reyes magos siempre les regalan un libro, menos a la madre de Clara, que dice Catalina que el año pasado le regalaron una pulsera, y al padre de Nacho que dice Bruno que el año pasado le regalaron una tabla de snow, y ... bueno a la madre de Paula, creo que también al padre de Edu, pero bueno, da igual, es que ya se sabe, las normas están para que haya excepciones, tampoco a los niños pobres les traen tantas cosas como a los niños que no son pobres, pero claro, no podemos pararnos a entender todo eso, y menos en un día como hoy. El caso es que Pepe y yo hemos tenido nuestro libro cada uno, allí lo dejaron, plantado junto a nuestras botas, y ¡cómo son estos reyes!, es que siempre aciertan, "¡mamá, mamá, el libro que tú querías!". Si es que tengo una suerte que no me la creo, mira que si me llegan a traer un Millenium de esos ... buff
El regalo estrella ha sido la bici de Bruno, ¡qué pasada de bici!, es tan molona ... que pide un candado antirobos extramegaeficaz a gritos, y es que en mi familia ya estamos un poco escarmentados de tanto ladrón de bicicletas, pero bueno ...



Pepe creo que todavía mendiga entre los vecinos ayuda para acabar de montar los frenos, es que es tan molona que ha venido de lejos, lejos, tan lejos casi como oriente, bueno un poco más acá, y venía tan minidespedazada (por eso de los portes, que son tan caros) que le está costando un poco recomponerla, y además, por eso de hacerlo todo con tiempo, que se nos da tan bien a nosotros, pues ayer a las 4 de la madrugada estaba jurando en hebreo, por eso de oriente debe ser ... El caso el que la bici de Bruno, y como no podía ser de otra manera, es muy chula (casi tanto como él).



Pero aunque no sea un regalo estrella, tengo que dedicar dos líneas de reconocimiento y agradecimiento al juguete 10, el balón, ese juguete atemporal, que no necesita montaje, ni pilas, que prácticamente no se estropea, que no lleva instrucciones, no entiende de idiomas, no tiene nada que ver con las nuevas tecnologías, no se enchufa, no tiene mando a distancia, no necesita recargarse, no se rompe en pedazos, no se le pierden las piezas, no desilusiona, no parece en las fotos más de lo que es en la realidad, sirve para montones de juegos, puedes jugar en solitario o jugar en equipo, es para chicos y chicas, no es tóxico, no te lo puedes tragar, a no ser que seas muy burro. Sólo le pueden pasar dos cosas, que se pierda o que se pinche, pero claro, no podía ser perfecto. Además ¡dejan llevarlo al cole!. Eso sí, aunque tengas cuidado, rompe cristales, pero yo estoy a favor de romper cristales ... y de gritar, así que, un 10 y fuertes aplausos para el balón.
Un par de líneas más para todo un clásico, el juguete que no funciona ni el primer día. Este año el título se lo lleva un helicóptero teledirigido, que se supone que vuela, pero que por alguna causa para nosotros desconocida, solo consigue revolotear como un moscón encerrado y darse golpes contra la pared.
Dos líneas más para las dulces y poco problematicas muñecas de famosa en su versión siglo XXI, nada que objetar.



El resto de juguetes celebrarán esta noche una reunión toy-story-disney-pixar-style para decicir quien se rompe primero, quien se pierde después, quien será el primero a destronar, quien tendrá la suerte de ser el favorito, quien será el desterrado, a quien cambiaran el segundo día de cole por otro colega juguete, bueno, el acta de la reunión se ira viendo en breve.
Mientras tanto, yo sigo mi batalla contra esta inoportuna migraña real y mágica que me ha apartado del caos lúdico por unas cuantas horas. Tengo varios puntos a mi favor, uno de ellos es que llevo demasiados años conviviendo con ellas, y a veces las sorprendo antes de que me sorprendan a mí, otro es que los medicamentos avanzan rápido y sus efectos son cada vez más rápidos, otro es que, la necesidad de evitar la angustia que le provocan a Catalina mis dolores de cabeza me obliga a sonreir cuando ¡malditas las ganas de sonreir que tengo!, pero sigo empeñada en los efectos terapeúticos de la sonrisa, y otro es que cuando el pico de dolor me empieza a bajar me entran unas ganas de escribir terribles, y así he conseguido rematar hoy una historia que tenía pendiente, lo bueno de la migraña es que activa el lado creativo de mi cabeza, no sé por qué, así que hoy he aprovechado y he querido dar un pequeño empujon a este mi abandonado pobre blog.
Si he escrito demasiadas tonterías ha sido por culpa de la migraña.
Y cuando se me pasen las naúseas me pienso comer medio roscón para celebrar que, por fin, se acabaron estas entrañabeles fiestas navideñas. Fuera luces de colores, sabía yo que me acabarían provocando una migraña. Mañana fuera árbol de navidad, y vuelta a mis cefaleas comunes, que no necesitan de tanto protagonismo como mis migrañas y como las navidades.

NOTA : Bruno dice que esta noche sólo ha dormido una hora, desde las cuatro hasta las cinco para más señas (por supuesto que no es verdad, pero es su percepción). Estaba esperando la llegada de los reyes porque quería hacerles una foto. Creo que mi hijo tiene espíritu de reportero. No quiero ni imaginar el impacto que semejante instantánea robada hubiese causado en la humanidad. PIE DE FOTO : "Sus Majestades los Reyes Magos de Oriente sorprendidos en plena acción en una casa de las afueras de Madrid. Al percatarse de la presencia de un pequeño paparazzi en pijama de rayas huyeron por la ventana". Foto de putlizer, seguro.