martes, 28 de septiembre de 2010

Cosas que ... no importan

Hoy he pasado la ITV. Bueno me voy a explicar con propiedad, como le gusta a mi padre que me exprese, hoy he llevado mi coche a una revisión de la Inspección Técnica de Vehículos, y lo he hecho yo sola, ya ves, hoy he hecho una de esas cosas que siempre suele hacer Pepe, porque yo siempre me escondo detrás de un arbusto o silbo cuando llega el momento de hacerlas, esta vez no me ha quedado más remedio, he tenido que ir yo solita, me temo que Pepe se está empezando a cansar de mis maniobras, pero es que creo que yo no he nacido para este tipo de cosas, qué le vamos a hacer ... bueno en cualquier caso, allí me he plantado yo con una maxi sonrisa y un mini coche, "abre el capó" me dice un chico con mono, ains, "deja, ya lo abro yo", dice el chico del mono, y así sucesivamente, se ha debido pensar que soy una tonta con maxisonrisa y minicoche, pero todo sabéis que no es verdad, lo sabéis ¿verdad?, ¡no os oigo! vale, vale, que sí, que sé que lo sabéis, pero es que nunca antes he tenido que abrir el capó de mi minicoche, y yo qué sé por dónde se rellena el agua del limpiaparabrisas, y así sucesivamente ... y la sonrisa, sabéis que me sale del alma. Y da gusto encontrarse con chicos con mono como el que me he encontrado yo hoy, que también sonreía mucho.
Ya tengo algo que añadir a mi curriculum vitae. Paso ITVs. Bueno al menos mi coche pasa la ITV, porque yo, a mí sólo me ponen el sello ése por un mes como mucho, pero bueno ...

Hoy he descubierto que el pasar un verano tirada al sol leyendo o sin leer (el dato no tiene importancia) y viendo cómo los demás hacen surf no equivale a entrenamiento físico. He retomado mis sesiones de Bikram Yoga, y tengo que reconocer que mi forma física se encuentra un poco deteriorada, pero sólo es cuestión de un poco de tiempo y de la llegada del otoño, y entonces mis músculos dormidos se colocarán en su sitio, es que el sol nos pierde, a ellos y a mí.

Hoy también he descubierto que mi sofá favorito combinado con una buena TV serie sigue teniendo efectos sedantes sobre mi persona.

Esta mañana hacía frío y me he comprado "Things the Grandchildren Should Know", porque sí, porque me apetecía leerlo en inglés ... y eso es lo que voy a hacer ahora.


lunes, 13 de septiembre de 2010

Ahora entiendo la teoría del ying y el yang

Un día de éstos hace ya 15 años que Pepe y yo estamos juntos, y empiezo a hablar ya de unas cifras que yo misma me asusto, 15 años juntos, 21 años en Madrid, mi hija mayor tiene 10 años, aunque me pienso que mi hermano tiene treinta y pocos ya tiene treinta y muchos … y aunque en realidad lo que debería celebrar hoy es el decimotercer aniversario de nuestra boda lo que en realidad celebraría si me gustaran las celebraciones (que no me gustan) es que hace 15 años que Pepe y yo un día tal como hoy salimos de casa cada uno por nuestro lado y nos encontramos, ya ves, como en las pelis. Sigo pensando que sobre la boda mejor correr un tupido velo, ¿he dicho velo?, Pepe (y los demás) siguen pensando que fue un acontecimiento chulo, divertido y bonito, Rubén (mi hermano) sigue pensando que una boda es una boda, la mires por donde la mires, … pero quizá algún día hable de la boda, cuando la digiera, cuando digiera mi poco meditada decisión, es que sólo han pasado trece años … sólo te contaré que, por lo menos, conseguí que un paisano me trajese el día antes (o ¿fue el mismo día?) de un campo de Palencia muchos girasoles, y es que esa era mi principal preocupación, con eso te lo digo todo, pero bueno eso es otra historia … al día de hoy me sigo sin llevar bien con las bodas, qué le vamos a hacer. El caso es que un día de estos igual hasta celebro que hace quince años quedé con mi (ex)amiga cuando no era ex y nos fuimos a cenar para celebrar no me acuerdo el qué, pero era ella la que tenía que celebrar algo, algo relacionado con el trabajo, ascensos supongo, ella nunca celebraría un descenso, aunque ello le llevara al camino de la cuasifelicidad, pero el caso que la celebración era suya porque, por aquellos días, yo poco tenía que celebrar, acababa de romper con ese novio tan guapo que tenía pero que de tanto fumar lo que no debía un médico le dijo un día que se iba a volver azul, estábamos hechos el uno para el otro pero no nos conveníamos, buscábamos el sentido de la vida leyendo los cuentos más tristes de Benedetti en las tardes más frías del invierno, y claro, no acabábamos de encontrarlo, y además yo no quería una familia de pitufos azules … el caso es que celebraba en un restaurante lo que sea que tuviese que celebrar mi (ex)amiga y después a seguir celebrando, nos vamos a tomar una copa a no voy a decir dónde, sólo diré que era/es uno de esos sitios donde yo antes iba pero ya no voy, larga cola de gente en la acera, cachas de seguridad con cara de estúpido en la puerta apartando a la gente, ¿que por qué iba yo a un sitio así?, no lo sé, supongo que porque los imbéciles esos nos dejaban pasar y nunca me paré a pensar nada más, una vez dentro qué agobio, qué calor, qué música, qué de gente, busquemos un hueco, ¿qué por qué iba yo a un sitio así? no lo sé … una vez conseguido el hueco, mi ex(amiga) se encuentra con un amigo al que yo también conozco pero paso de saludar, prefieroesperarteaquí, y ahora qué hago yo con mi super chupa de aviador, porque yo de los guardarropas siempre he pasado, y es que soy así, hay cosas que no y no me preguntes por qué, y una de ellas es el guardarropa de los garitos (otra es el GPS, ya sé que no tiene nada que ver, pero se me ha venido a la cabeza, no soporto a la señorita esa que te obliga a girar por aquí y por allí, prefiero bajar la ventanilla y preguntar, oye por favor, para ir a la calle Benito Bercimuelles?), el caso es que en una esquina de una de las barras vi a dos chicos con cara de buena gente, uno de ellos se parecía a Hugh Grant muchísimo y el otro, así de repente, no se parecía a nadie, me acerqué y les dije si les importaba que dejara mi chaqueta (de aviador, una pasada de chaqueta) junto a las suyas y me la echaran una ojeada, puesclaro-por supuesto-biensure –faltaríamás-esoestáhecho-pasdeprobleme-medijeronconunasonrisadeorejaaoreja, qué chicos tan amables, y el que se parecía a Hugh Grant, que era francés, me empezó a hablar sin parar en el idioma de Baudelaire, y yo, que soy muy políglota y muy educada pues le di un poco de conversación, y él, que no hablaba el idioma de Cervantes debió pensar “pues qué bien”, hasta que le dije que estaba con mi ex (por aquellos tiempos amiga, incluso mejor amiga), y que lo sentía pero que me iba. El caso es que mi ex, que además de ex(amiga) es políglota, y habla el idioma de Baudelaire mucho mejor que yo, se acabo encargando de dar conversación al francés (que a pesar de ser muy guapo era muy francés y muy pesao) y yo acabé hablando con el nacional que se llamaba Pepe, y era muy madrileño y muy agradable (como todos los que le conocéis bien sabéis), pero bueno, después de un rato y unas copas nos fuimos cada uno en una dirección, era tarde, unos a un lado de la Castellana y otros al otro … Una semana después mientras tecleaba alguna noticia la operadora de la centralita me llama y me dice “ay Marta! a ver si eres tú, eres la cuarta Marta que le paso a este chico, espero que seas la que busca”. Era Pepe, quería invitarme a cenar, sabía mi nombre y, por lo visto yo le había mencionado que trabajaba en EFE … no le pude (ni quise) decir que no.

Ahora comprendo perfectamente la teoría del ying y el yang. Han sido quince años de muchas cosas buenas y alguna mala, pero muchas buenas. Quince años, Catalina, Bruno, dos casas, muchos viajes, muchas cosas, un perro dado en adopción, muchas risas, muchas lágrimas, algún bache, muchísimos proyectos, posibles e imposibles, pero eso da igual … el día que dejemos de soñar esto se habrá acabado.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Fundido en blanco

Esto del verano se acaba, en breve empezaré a meter en las maletas todas mis cosas y las de mis hijos y pondré rumbo al kilómetro cero. Atrás dejamos dos meses y 18 días de cosas buenas, días de sol y de chirimiri, de playas y calas, de siestas y de madrugadas, de algún kilómetro en bici y de muchísimos kilómetros en coche, días de buenos días y días de bonjour, días de mar y olas, días de nada y días de todo, días de hamacas desgastadas por el uso y hamacas nuevas, días de libros, días de viejos y nuevos amigos, días de pueblo y días de ciudad, días de helados de sabores y colores, días de música, días de islas mediterráneas y días cantábricos, días de fotos y días de saltos, días de bienvenidas y de despedidas, días de familia ...

Ahora hago un fundido en blanco y la peli sigue, y antes de los títulos de crédito, voy a dedicar unas palabras que combinadas entre sí pretenden agradecer a Maria José hasta el infinito y más allá el que esté a mi lado haciéndome tan fácil lo difícil, guiándome por los pasillos en la dirección correcta, abriéndome puertas con sonrisas detrás y explicándome una y otra vez todas esas 'hematocosas' que a mí me gusta que me expliquen, porque entonces me creo que las entiendo y así creo controlarlas mejor, aunque sé perfectamente que yo no controlo nada, no controlo el puñetero miedo este que me invade, así que no controlo nada, pero así todo me gusta que me expliquen las 'hematocosas'. Así que, como no me dejas decirte gracias, digo gracias aquí (jaja), porque aunque sé que no las necesitas, yo sí que siento la necesidad de dártelas una y mil veces, gracias por ésto, y por lo otro, y por aquello, y por eso otro ... y puestos a dar las gracias a la comunidad médica, me podría pasar un buen rato escribiendo nombres sin parar, pero no lo voy a hacer, porque corro el riesgo de olvidar alguno, como los premiados con un óscar, y eso queda muy feo. La verdad es que siempre quise decir algo así, porque es fantástico estar rodeada de gente a la que te apetece agradecer en público su ayuda, su cariño, su apoyo, sus sonrisas en los malos momentos ...

Y ahora me voy a tragar unas cuantas pastillas de colores, estoy tan cansada ...