sábado, 24 de septiembre de 2011

Transportándome


He descubierto el mundo subterráneo. Ahora viajo por debajo de la tierra. Ya sé que para alguno de los que me conocéis os resultará difícil de creer, pero un día me hago una foto para demostrarlo. Que por qué decidí convertirme en una rata de alcantarilla? Pensé que mejor eso que acabar con mis huesos en la cárcel por acumuladorademultassupermorosa (tiene razón mi padre, soy mucho más exagerada que él, y además me encanta dramatizar, cosa que él nunca hace, él sólo exagera).
Las multas se acumulan en mi haber, las de velocidad porque corro más de lo que marcan los límites, y los malditos roedores, perdón, los malditos radares, siempre me pillan, da igual que sea en el Paseo Camoens que en la autovía de Valladolid-Palencia, y las de aparcamiento, porque siempre se me pasa la hora de renovar el papelito de la ora y zas, día sí y día también, multa. La colección empezaba a tomar importancia, los de multauto o quitamultas correspondiente creo que sólo viven por y para mí y además mi coche, aunque es tan mío como mis botas Goolden Goose, no está a mi nombre (es lo que tienen los coches, que a diferencia de las botas tienen titular con nombre y apellidos al que le llegan las multas y le quitan los puntos), y creo que fue un martes de estos PepeSoto dijo, creo que hay que acabar con esto, o te buscas una plaza de garaje o te haces usuaria del tren de cercanías que en un pispás te deja en Recoletos, sin transbordo, y además puedes leer o escuchar música y vas tranquila y es genial porque es muy cómodo y tal y tal y así te dejarán de poner multas de una puñeterísima vez por todas por diosmartaesquenotedascuenta !!!
Y aquí me tenéis, mi claustrofobia superada, mis "meagobioesquemeagobio" se quedaron allí por los pasillos de un moderno hospital, ahora puedo ejercer de rata de alcantarilla sin problema. Me decidí por esta opción después de que mi hermano, que por esos días estaba de visita, adoptase su pose de hermano pequeño y me aconsejase con gesto firme el usar el transporte público, esta ciudad necesita respirar, hay que ahorrar energía, no se debe utilizar tanto el coche, será mucho más cómodo para ti, te evitarás los atascos, tendrás un rato para leer ... (frases que salían de la boca de un usuario de bicicleta que vive en una isla del Mediterráneo y que no supera los 90 kms hora cuando conduce porque no necesita ir más deprisa a ningún sitio).

Atención, tren con destino Príncipe Pío, vía 1, uf, el mío, aún tengo que ir atenta o me lío, me siento un poco rara en tren, aún no tengo la soltura ni la cara de aburrida de la mayoría de los pasajeros (espero no tenerla nunca).
De momento cargo con mi libro, pero no me concentro, algunas de las conversaciones de alrededor me enganchan. El otro día dos mujeres escuchaban a una tercera contar su historia de cómo le había costado inscribir a sus dos hijos en los cursos de natación del polideportivo de su barrio porque el horario que ella quería tenía lista de espera y claro, el otro horario le venía fatal, porque le quedaba como una hora muerta entre la clase del niño y la de la niña, pero al final (no me enteré cómo) lo consiguió, y estaba muy contenta, porque así, acababan la clase con media hora de diferencia y mientras secaba y vestía al pequeño salía la mayor, y si se daban prisa les daba tiempo a coger el circular. La merienda se la llevaba y la tomaban en el autobús, así cuando llegaban a casa, ya se ponían con los deberes y ella con la cena, porque con el otro horario le iba muy justo.
No os podéis imaginar lo que me alegro por la señora (la señora en cuestión debía de tener algunos años menos que yo, aunque sin afán de animarme a mi misma parecía bastante mayor que yo - debe de ser que pelearse por el mejor horario en el polideportivo municipal machaca más que los atascos del centro), las amigas sonreían automáticamente y decían "uy qué bien fulanita uy qué bien" (espero que las nuevas generaciones de españolitos sepan agradecer algún día los esfuerzos que hicieron madres y padres por el perfeccionamiento de su estilo mariposa, - cuadrar horarios en esta ciudad no siempre es fácil).

Aparcar tampoco es fácil, llevaba muchos años aparcando fácilmente en un garaje de la calle Espronceda, y ahora voy en tren para evitar que me pongan multas, para no contaminar, para ahorrar, para leer, para ... porque ya no estoy en Espronceda, porque todo cambia, afortunadamente las cosas cambian, evolucionan, y tengo la suerte de ir en tren con señoras que tienen la suerte de conseguir el horario que querían.

Próxima estación Recoletos.
Es la mía, no se me pase ...




1 comentario:

  1. me encanto ...como siempre!!!y a lo mejor esas historias "prestadas" te inspiran para unos bonitos cuentos...

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