sábado, 27 de abril de 2013

Sábado noche

Música de Bon Iver de fondo, libros apilados, una botella de zumo de naranja y mango medio vacía (o medio llena), pastillas a tutiplén, una cama sin hacer, una taza de café frío, ropa sobre ropa que forma una especie de escultura extraña, un pijama que no es un pijama pero hace las veces de pijama,  cansancio acumulado, dolores anestesiados pero grabados en el disco orgánico que tengo alojado al lado de dónde antes tenía un bazo extraño, mandos de la tv que me da tanta pereza usar como pereza me da la propia tv, cosas que mañana ordenaré (o no), gente menuda que se supone que duerme, ideas que van y vienen, pero no se quedan, ... ¡sábado noche!

Bon Iver – Skinny Love




martes, 22 de enero de 2013

Si se me corta es que estamos en un túnel

No sé como se llama, pero sé que hoy tenía mejor aspecto, le habían puesto unos chutes de sangre y le había subido un ligero color a la cara. Estaba más animada, ella misma se había dado cuenta de que su palidez azulada había desaparecido ligeramente. Hoy tenía mejor día.
Tampoco sé como se llama su amiga, creo que es amiga, pero quizá es familiar, pero sé que hoy le ha llevado la comida. Le gusta que le lleven la comida de casa, porque el menú del hospital es muy poco apetecible (la culpa es de la bandeja, esas horribles bandejas de hospital).
Han estado juntas todo el día hasta que ha llegado Santi, y entonces la amiga ha aprovechado para irse. Tardará más de una hora en llegar a su casa. Está cansada. Cuando el tren de cercanías con destino Las Rozas llegue a su estación, tendrá que esperar un rato al autobús, porque calcula que no le da tiempo a coger el de yveinte. Está tan cansada ... y sensible, cree que es la edad, ella lo llama envejecimiento galopante, antes era más fuerte emocionalmente, pero esta situación es tan dura, esta vida es un valle de lágrimas, no somos nada, en fin, gracias por llamar, se lo diré de tu parte, un beso.

No sé su edad, pero sé que hoy no estaba tan pálida como ayer, y eso es bueno, es por toda la sangre ajena que le han enchufado esta mañana. Le han cambiado por fin de habitación. Tiene una compañera que parece muy agradable, pero no habla mucho, duerme todo el rato, es que lleva más de dos meses allí, no tiene riñones. Por cierto hay que contarle a ella lo que ha pasado, no se puede enterar en la calle de que está ingresada, no estaría bien, es mejor que se lo digamos, con todo lo que tiene ella encima y ahora esto, pero no tiene nada que ver una cosa con otra, se lo tenemos que decir, no le gustaría enterarse por terceros, y al final todo se acaba sabiendo. No mañana no la llames, le hacen una biopsia y necesita descansar todo el día para evitar complicaciones. Es rápido pero un poco doloroso nos han dicho, bueno, al menos es rápido. En 24 horas ya sabrán si es malo o no, tendrán una idea aproximada de la situación, luego le seguirán haciendo pruebas, pero en 24 ya sabremos algo. Si, yo estoy un poco cansada,  aún me queda como una hora larga para llegar a casa, menos mal que vino Santi pronto. Aunque ya les dije que yo me podía quedar a dormir, duermo sin problema en un sillón. Si se corta es que estoy en un túnel, voy en el tren de cercanías. Yo se lo diré de tu parte, un beso.

No sé qué le pasa exactamente, pero sé que no es la primera vez que está ingresada en el Doce de Octubre. Sé que algo va mal mañana le hacen una biopsia, y está nerviosa y poco optimista. No se encuentra bien, aunque hoy tiene mejor color. Le ponen anestesia local, pero eso no evitará que sienta dolor aunque, afortunadamente, será rápido. No sabe a que hora se lo harán, pero será por la mañana, así que no la llames, es mejor que esté tranquila. Aún tardaré un buen rato en llegar a casa. Tengo que coger el autobús de yveinte en la estación. Gonzalo no me puede ir a buscar, se ha ido al pueblo. Gracias por llamar. Crucemos los dedos, un beso.

No sé a qué se dedica, pero sé que mañana estará todo el día sin moverse de la cama, dolorida y nerviosa esperando que pasen, una tras otra, veinticuatro horas para recibir noticias sobre su estado. No sé lo que le espera de hoy en adelante. Cruzaré los dedos.

Y así, sin quererlo pero sin poder evitarlo, he coincidido hoy en el tren con estas personas. Y me he alegrado de que hoy ella tuviera mejor color gracias a la sangre de un desconocido que ahora corre por sus venas, y he tenido que estar un poco de acuerdo en eso de que nosomosnadie, y he deseado que sea rápido de verdad, rápido como un rayo, y cruzaré los dedos para ... y aprovecho para agradecer a todos los donantes de sangre su generosidad, que a ella le dio color esta mañana, pero a mi me dio vida una noche, y de paso se me ocurre que a ver si "inventan" el método para que, además de rápido, sea indoloro, y esas bandejas de hospital, por dios, a la hoguera con ellas, y un recuerdo especial para los que tienen que dormir en las sillas y sillones repartidos por este nuestro valle de sonrisas y lágrimas.
Y SÍ ! SOMOS ALGUIEN.

Si se me corta es que estamos en un túnel ....


martes, 6 de noviembre de 2012

Plumas de ganso

Hoy martes no consigo levantarme. Se me está pasando por la cabeza presentar una dimisión que, sin embargo, sé con seguridad que no va a ser admitida. Porque al otro lado de los 25 kilos de pluma de ganso, o del primo del ganso, que separan mi presente de mi futuro inmediato existe un mundo que me espera, y que cuenta conmigo. Y lo que realmente querría hacer ahora serían varias llamadas telefónicas  para anunciar mi intención de no abandonar por hoy el calor de las plumas de ganso (o similar), porque mis pequeños grandes dolores, mi falta de fuerza y mis pocas ganas se han aliado hoy contra mí, pero no quiero preocupar a los quemásmequieren, y, tachados estos de la lista de posibles llamadas, no creo que a nadie le interese si yo tengo ganas o no de levantarme hoy martes, así que ... he pensado que, una vez más, el aporrear sin sentido el teclado de mi mac puede servir para ... ¿nada?, da igual, ya he contado lo que quería contar ...

Y para cuando los quemásmequieren lleguen a leer esto, si lo hacen, ya no tendrán que preocuparse por mis ganas o no de levantarme hoy martes, porque a esas alturas, ya me habré vestido con unos vaqueros y unas botas, una camiseta sin mensaje, habré cambiado los 25 kilos de pluma de primo de ganso por una nueva chupadecuero que he adquirido a precio de wholeseller (ahora que soy tendera ...) y estaré en un tren de cercanías dirección Madrid centro.

Próxima estación : Recoletos.


domingo, 21 de octubre de 2012

Con lluvia o con sol

Ya estamos en otoño. Ya ha pasado otro cumpleaños, ya cumplí tarantantantos. Otro 18 de octubre que pasó amenazando con la lluvia que al final en Madrid no llegó a caer pero que en mi norte natal cayó con fuerza como debe ser un 18 de octubre que se precie, lluvioso y gris. Mis cumples son así, lluviosos y grises, por dentro y por fuera. Nací con la lluvia y mi madre siempre me cuenta que diluviaba el día que me llevaron a casa desde el hospital, por eso quizá busco el sol para sobrevivir, por eso no me gustan mis cumpleaños, no tiene nada que ver con la edad, tiene que ver con otras cosas, prefiero celebrar el cumpleaños de mi hermano, en junio, con las vacaciones a la vuelta de la esquina, un día largo y de luz, o de mis hijos, en julio y agosto, o de mis padres en mayo y en junio, prefiero los cumpleaños ajenos, sin lluvia, o con lluvia refrescante ...
El caso es que, de una manera u otra, el tiempo pasa, y si esto fueran unas declaraciones para una revista, yo diría que ahora con taratantantos me siento genial, más segura que cuando tenía veinte, que ahora sé lo que quiero y cómo conseguirlo y todas esas cosas que dicen las mujeres de tarantantantos que hacen declaraciones para las revistas que leen otras mujeres de tarantantantos (ya se sabe que entre páginas de publicidad y páginas de fotos preciosas hay que rellenar con otras cosas), pero como esto es un blog cualquiera que nació con una razón de existir y se mantiene a dura penas con post estacionales me ahorraré las obviedades, y solo diré que a pesar de que los años avanzan sigo con esa sensación de que algo nuevo me espera a la vuelta de la esquina. Esa sensación la tenía con diez años, la tenía con veinte, con treinta y la sigo teniendo intacta. Sigo sintiendo que ni mi casa es mi casa definitiva, ni mi ciudad es mi ciudad definitiva, ni mi lugar en el mundo mi lugar definitivo ... y eso es lo que me hace seguir avanzando, con lluvia o con sol.



sábado, 28 de julio de 2012

Hablar de cosas


Estoy en el ecuador de mi verano. El tiempo ha pasado muy rápido, pero he hecho tantas cosas, que si pienso en el día de mi particular chupinazo estival me parece muy lejano. Pero todo lo que a mí me pasa es así, se mueve entre extremos,  paso mucho calor y paso frío, así que en mi maleta conviven amigablemente ligeros vestidos de telas etéreas (eso si una tela pudiese ser etérea, pero es que me ha entrado así de repente la vena de redactora de revista de moda, se me mezclan las letras y las tendencias, lo ves? Ya te lo dije … todo lo mezclo). Pues eso, que en mi maleta conviven vestidos y shorts very short con jerseys y botas, porque en unos sitios pongo mi mente y mi cuerpo al sol y en otros refresco mis ideas, mi piel y mi corazón a temperaturas splashh.



Cambiando de tema.
Ayer fui a la farmacia a por mis pastillas de colores porque ya estaba bajo mínimo de existencias. Era la primera vez que iba con mis recetas desde que se empezó a aplicar el sistema del copago para los medicamentos.  Tuve que pagar, ni mucho ni poco. La verdad es que puestos a elegir preferiría tomarme un frapucchino de moka que pagar por mis pastillas de colores, pero mi manera de vivir (parte II) me impide hacer cosas como cabrearme por gastar mi billete de bolsillo en pastillas en vez de en un café enorme con hielo triturado y nata. Llámame simple o llámame Ismael.  Ahora soy así, vivo según las circunstancias que me tocan vivir y me dejo llevar por las olas. He aprendido que cuando te ves en una situación un poco difícil lo mejor es dejarte llevar por las olas sin oponer resistencia, estas te acabarán llevando a la orilla, la clave está en no gastar tus energías en vano, la clave está en utilizar tus recursos para llegar a la orilla en las mejores condiciones, una vez allí y a salvo, ya me apañaré.

Un inciso.
De tormentas políticas no hablo, ni quiero, ni tengo ganas, ni la ilusión por saber y entender que tenía cuando era más joven y pensaba en otras cosas y estudiaba masters en Relaciones Internacionales y eso. Sólo que a veces me da por pensar en que, afortunadamente, no cualquiera puede llegar a un hospital y decir “hola quiero ser médico, ¿dónde está el próximo paciente? que le voy a abrir en canal, es que me parece que esto de ser médico tiene que molar …”, de la misma manera que cualquiera puede llegar y decir “a partir de ahora seré político, hala,  qué no sé hacer la o con un canuto, qué más da …” aaahhh claro, es que que los médicos son gente con vocación, que se forman con esfuerzo, que ganan sueldos normales y que … bueno da igual.

Sigo.
Me concentro ahora en hacer las cosas como mejor puedo, mi aportación a este desbaratado mundo la dejo en forma de dos personas a las que trato de educar para que sus mentes, sus corazones y sus conocimientos puedan ayudar a conseguir un futuro mejor para todos.

Y.
Me concentro en llevar adelante un negocio, cosa que se ha convertido en todo un reto. Ser empresario en este país no es fácil, y ser empresario en este país en estos tiempos llega a rozar los límites de la misión imposible. Pero alguien dijo una vez “podemos”, si Obama pudo, I Can. Si la selección española de fútbol gana copas y recopas y requetecopas y todo eso, yo seguro que también puedo oeoeoeoeoeoeoeoeoe. Ya sé que ellos van de rojo y todo el mundo les anima y tienen un gran apoyo mediático, y son muy majos-jos y se sienten segurooooos tirándose en paracaídas sin instructor y tal, pero bueno, yo voy de Isabel Marant (cuando puedo), me hago mi publi con la ayuda de los míos, y soy muy maja-jajajaja, y nunca se me ocurriría tirarme en paracaídas por primera vez sin instructor … y tengo que confesar que me dormí en el sofá viendo los penalties esos del partido contra Portugal, me dormí porque estaba cansada y relajada después de un estupendo día de mar Mediterráneo,  y porque no consiguieron despertar mis nervios, últimamente me emocionan cosas mucho más bonitas …

Y de cosas bonitas hablaré en otra ocasión.



martes, 29 de mayo de 2012

Seguir ...

Este post se puede considerar una maniobra de primeros auxilios a un pobre blog que agoniza por causa de abandono de su autora. Hace un par de días un buen amigo se interesó por su estado, y como no era el único que últimamente me había preguntado por él, decidí echarle una ojeada. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba a punto de de cruzar esa frontera que traspasan los proyectos que se pierden en la nada virtual y que nunca se vuelve a saber de ellos. Y eso sí que no estoy dispuesta a permitirlo, así que aquí estoy, tecleando como una loca, tratando de que esta especie de caótico diario (tiene gracia lo de llamarlo diario) recupere su color, su frescura ... una vez conseguí revivir una planta, no sé ni cómo, así que esto me resultará mucho más fácil.
Que todo lo que cuente a partir de ahora no suene a justificación, si no he escrito durante este tiempo es porque no, porque no me ha apetecido, porque no quería contar cosas. No diré eso de "no tuve tiempo", o "no estaba inspirada", la inspiración para Picasso y colegas, para esto poco más se necesita que un portátil con batería. Y tiempo tengo todo el tiempo del mundo para hacer lo que hago, que es vivir, mientras vivo pues hago otras cosas, entre ellas teclear en un portátil con batería de vez en cuando.

Además de teclear soy emprendedora en tiempo de crisis.





Acompaño a mi hijo en sus aventuras deportivas, ya he conseguido entender cómo se juega al rugby, viajo de torneo en torneo por capitales de la península, paso frío, a veces tomo el sol tumbada en la hierba y disfruto mucho.



Sigo mis visitas rutinarias por médicos y hospitales. Me tomo mis pastillas de colores y sonrío muy fuerte el día que amanece nublado.



Viajo dónde, cuánto y cómo puedo. Ahora a París, ahora a Menorca, ahora Macondo. Bonjour. Adeu. Aviones. Maletas. Podría pasarme horas escribiendo, pero no lo voy a hacer.



Catalina está estudiando en Irlanda. Yo estoy/soy feliz. Como cantaba Serrat "a menudo los hijos se nos parecen, y así nos dan la primera satisfacción". Ver a una mini-yo de 11 años desenvolviéndose por el mundo es mi satisfacción. Y respondo desde aquí a todo/as aquello/as (en especial -as) que tantas veces me han dicho ¿puedes vivir con tu hija tan pequeña y tan lejos?. Yes, I can. Todo lo que le hace feliz a ella me hace feliz a mí. Nunca le privaría de nada sólo por mi propia satisfacción de tenerla cerca.



Poco más hago. Voy y vengo. Y depende del día hago esto o lo otro.
Lucho con mi famoso cansancio que, últimamente, me golpea duro. La crisis parece que ha llegado hasta mi sangre y los glóbulos rojos escasean, el hierro bajo mínimos y la ley de incompatibilidades de esto con lo otro hace que vaya un poco arrastrada de aquí para allá. Pero, que conste que eso lo sabéis porque yo os lo digo, porque si no, mi aspecto no os daría pistas de nada diferente a una chica sana, que salta para las fotos, y se levanta todas las mañanas como si fuera la protagonista de un anuncio de cereales de esos que llevan muchas vitaminas y te dan mucha energía, y de paso te pone cara de "qué bello es vivir".

De política, políticos, banqueros, bancos, dinero que va y no vuelve, crisissss que se hacen eternas, riesgos, primas, primas de riesgo, EREs, deudas, recortes,  ... no hablo, eso ya lo hacen otros, de mil maneras, y dudo que mi opinión sea interesante o aporte nada.

Menos mal que el sol sigue saliendo, porque, yo que tengo tanto frío por dentro necesito su calor.

martes, 15 de noviembre de 2011

Tonterías y otras cosas

Hace mucho tiempo que no escribo en este blog, y este encabezamiento se está empezando a convertir en habitual. Pero yo insisto, porque no lo pienso dejar.
Y no escribo porque todas las cosas que me pasan últimamente son cosas que tienen su cierta importancia, y a mí me cuesta mucho hablar de las cosas importantes que me pasan. Tengo una tendencia preocupante a contar tonterías, pero bueno, yo paso de Forrest Gump y sus frasecitas, y cada uno cuenta lo que quiere, por cierto, el otro día me pasé un buen rato colocando en el pastillero mensual que me trajo Gian de Estados Unidos (una pasada de pastillero de colores, supercool) todas las pastillas que me tomaré hasta mediados del mes de diciembre, y ayer por la mañana se me cayó al suelo, se abrieron la mayoría de las ventanitas y todas las pastillas de colores por el suelo, y aunque tenía una prisa de muerte, ahí me tienes a mí buscando y recogiendo por toda la habitación pastillas de todos los tamaños y formas, porque, aunque pensé en pasar de todo y dejarlas pasar el día por allí, la calefacción de mi casa circula por los suelos y todas se hubiesen echado a perder, y eran muchas, tantas como todas las que me tomo al día multiplicadas por treinta, es decir, una barbaridad de pastillas, y no están los tiempos para derrochar (ni pastillas ni nada), y menudo latazo, ahí están todas, esperando a ser colocadas otra vez en el maravilloso pastillero que me regaló Gian, y que tanta ilusión me hizo (un poco triste que te haga tanta ilusión que te regalen un pastillero, por muy maravilloso y de importación que sea, ¿no?).
Lo ves? Ves que cosas me da por contar? Cosas de pastillas y tal. Y eso que mira que me han pasado cosas últimamente, pero ...

Pasó el otoño, fui, vine, cumplí un año más, a veces pienso, a veces no, tengo unas botas nuevas, ya sé que no es novedad que yo tenga unas botas nuevas, pero estás "se salen" (cada vez escribo peor, pero como mi padre esto no lo lee, creo, puedo estar tranquila), Bruno me regaló por mi cumple unas gafas de Chanel que me ilusionaron hasta el infinito y más allá, las multas se siguen acumulando en mi parabrisas pero sigo transportándome en tren de vez en cuando ("próxima estación ... Recoletos") ...

Ya te dije que las cosas importantes me las guardo, no sé escribirlas.
Sólo contaré que hace un par de semanas vibré escuchando en directo a Wilco ...


miércoles, 5 de octubre de 2011

Decidir

Decisiones rápidas como meterse en el mar cuando el agua está fría. Para qué vas a estar media hora pensando si entrar o no, lo mejor es entrar de golpe, la sensación es mucho mejor. Si el agua está fría, sentirás frío, no te queda otra, y si no, no te metas y quédate tomando el sol.
Esto no se lo estoy diciendo a nadie, yo nunca doy consejos a nadie, me lo estoy diciendo a mí misma en voz alta, o mejor dicho en letra clara, para que no se me olvide nunca, porque me funciona mejor que la opción de pensarme las cosas una y otra vez, dar mil y una vueltas a los pros y los contras ... al final me pierdo entre contras y pros y ya no sé lo que mejor me viene, cuando quiero decidir, ya no tengo ganas de decidir, al menos sobre lo que pretendía decidir. Así que en esta era de mi nueva vida después de mí misma, las decisiones se toman de común acuerdo entre mi cabeza y mi corazón pero sin perder tiempo, porque el tiempo es oro, y la primera decisión es la que cuenta, o, ¿eso me lo acabo de customizar a mis circunstancias? bueno da igual, el caso es que en lo que yo pueda decidir, que algo queda, decido, y decido rápido, que ¿qué haré de ahora en adelante? tendré una tienda, ¿una tienda? de qué?-estás loca de remate-con los tiempos que corren!- tú? una tienda!- qué sabes tú de tiendas? y en dónde? y cómo? pero no te das cuenta de que están cerrando miles de negocios? vas a ser una tendera ! piénsatelo bien, piénsatelo bien, pieeeensatelo bien, piénsateeelo bieeen ... ya está, ya me lo pensé, ni bien, ni mal, ya tengo una tienda, soy una tendera que se va a París a comprar el género pensando en cosas bonitas.
No es que no piense, es que pienso rápido.
A golpe de corazonada que voy por el mundo.

¿Que pienso que puede ser buena idea nadar en el mar?
Pues me tiro al mar !!!!
Confío en dominar las olas, en que no me pique ninguna medusa y no toparme con ningún tiburón.
En caso de que así sea nadaré a toda velocidad hacia la orilla ...





sábado, 24 de septiembre de 2011

Transportándome


He descubierto el mundo subterráneo. Ahora viajo por debajo de la tierra. Ya sé que para alguno de los que me conocéis os resultará difícil de creer, pero un día me hago una foto para demostrarlo. Que por qué decidí convertirme en una rata de alcantarilla? Pensé que mejor eso que acabar con mis huesos en la cárcel por acumuladorademultassupermorosa (tiene razón mi padre, soy mucho más exagerada que él, y además me encanta dramatizar, cosa que él nunca hace, él sólo exagera).
Las multas se acumulan en mi haber, las de velocidad porque corro más de lo que marcan los límites, y los malditos roedores, perdón, los malditos radares, siempre me pillan, da igual que sea en el Paseo Camoens que en la autovía de Valladolid-Palencia, y las de aparcamiento, porque siempre se me pasa la hora de renovar el papelito de la ora y zas, día sí y día también, multa. La colección empezaba a tomar importancia, los de multauto o quitamultas correspondiente creo que sólo viven por y para mí y además mi coche, aunque es tan mío como mis botas Goolden Goose, no está a mi nombre (es lo que tienen los coches, que a diferencia de las botas tienen titular con nombre y apellidos al que le llegan las multas y le quitan los puntos), y creo que fue un martes de estos PepeSoto dijo, creo que hay que acabar con esto, o te buscas una plaza de garaje o te haces usuaria del tren de cercanías que en un pispás te deja en Recoletos, sin transbordo, y además puedes leer o escuchar música y vas tranquila y es genial porque es muy cómodo y tal y tal y así te dejarán de poner multas de una puñeterísima vez por todas por diosmartaesquenotedascuenta !!!
Y aquí me tenéis, mi claustrofobia superada, mis "meagobioesquemeagobio" se quedaron allí por los pasillos de un moderno hospital, ahora puedo ejercer de rata de alcantarilla sin problema. Me decidí por esta opción después de que mi hermano, que por esos días estaba de visita, adoptase su pose de hermano pequeño y me aconsejase con gesto firme el usar el transporte público, esta ciudad necesita respirar, hay que ahorrar energía, no se debe utilizar tanto el coche, será mucho más cómodo para ti, te evitarás los atascos, tendrás un rato para leer ... (frases que salían de la boca de un usuario de bicicleta que vive en una isla del Mediterráneo y que no supera los 90 kms hora cuando conduce porque no necesita ir más deprisa a ningún sitio).

Atención, tren con destino Príncipe Pío, vía 1, uf, el mío, aún tengo que ir atenta o me lío, me siento un poco rara en tren, aún no tengo la soltura ni la cara de aburrida de la mayoría de los pasajeros (espero no tenerla nunca).
De momento cargo con mi libro, pero no me concentro, algunas de las conversaciones de alrededor me enganchan. El otro día dos mujeres escuchaban a una tercera contar su historia de cómo le había costado inscribir a sus dos hijos en los cursos de natación del polideportivo de su barrio porque el horario que ella quería tenía lista de espera y claro, el otro horario le venía fatal, porque le quedaba como una hora muerta entre la clase del niño y la de la niña, pero al final (no me enteré cómo) lo consiguió, y estaba muy contenta, porque así, acababan la clase con media hora de diferencia y mientras secaba y vestía al pequeño salía la mayor, y si se daban prisa les daba tiempo a coger el circular. La merienda se la llevaba y la tomaban en el autobús, así cuando llegaban a casa, ya se ponían con los deberes y ella con la cena, porque con el otro horario le iba muy justo.
No os podéis imaginar lo que me alegro por la señora (la señora en cuestión debía de tener algunos años menos que yo, aunque sin afán de animarme a mi misma parecía bastante mayor que yo - debe de ser que pelearse por el mejor horario en el polideportivo municipal machaca más que los atascos del centro), las amigas sonreían automáticamente y decían "uy qué bien fulanita uy qué bien" (espero que las nuevas generaciones de españolitos sepan agradecer algún día los esfuerzos que hicieron madres y padres por el perfeccionamiento de su estilo mariposa, - cuadrar horarios en esta ciudad no siempre es fácil).

Aparcar tampoco es fácil, llevaba muchos años aparcando fácilmente en un garaje de la calle Espronceda, y ahora voy en tren para evitar que me pongan multas, para no contaminar, para ahorrar, para leer, para ... porque ya no estoy en Espronceda, porque todo cambia, afortunadamente las cosas cambian, evolucionan, y tengo la suerte de ir en tren con señoras que tienen la suerte de conseguir el horario que querían.

Próxima estación Recoletos.
Es la mía, no se me pase ...




lunes, 18 de julio de 2011

Vientos

Hace mucho tiempo que no escribo (en este blog) y no creo en la oportunidad de dar explicaciones de por qué o por qué no escribo o dejo de escribir (en este blog) ... en realidad "...a quién le importa lo que yo haga, a quién le importa lo que yo diga ..."
Este verano raro avanza, todo es raro, en la isla los vientos no acaban de cuadrar sus calendarios, juegan a despistarme, me levanto y me lleva un buen rato comprobar que sopla viento sur, porque a los que no somos viejos lobos de mar, sino simples marineros en prácticas, no nos resultan tan fáciles esas cosas, y tomamos decisiones, y resulta que avanza el día y sin previo aviso, el sur decide que se toma el resto de la jornada libre y despierta a su primo el norte, y entonces me descoloca, porque las olas se ponen en mi contra, y es difícil navegar así, pero a todo se aprende, hasta a jugar con los vientos y mareas, esquivar medusas, surfear olas que parecen enormes pero que se acercan y no lo son tanto ... pero lo bueno es que en la isla el sol siempre está ahí, animando día a día, y eso para los que, como yo, ahora funcionamos con energía solar mientras reparan nuestro sistema alternativo, pues es de agradecer.
Está siendo un verano raro, de la isla salté a la ciudad de la luz y volví ... voy de luz en luz, lo que allí sucedió se merece un blog novela, qué menos !
Y con el viento volví a la isla, donde Bruno cumplió un año más (y van nueve cumpleaños en la isla) y para celebrarlo mezcló baños diurnos y nocturnos, con carreras sin zapatos por aquí y por allí, vientos del norte y del sur, y mientras yo estuve en París, bañadores mojados y aires acondicionados varios, lo que todo en la coctelera dio como resultado el : "Gabriela te necesito". Bruno ha necesitado a Gabriela cuatro veces este verano, anginas, corte profundo en el pie, reacción alérgica y no me acuerdo de la cuarta, creo que queda claro, Gabriela es pediatra y tenemos la gran suerte de compartir vistas al mar Mediterráneo con ella y su familia, pero no porque sea pediatra obviamente, sino porque Gabriela es una gran mujer que sonríe mucho y da muy buen rollito. Es además la mamá de la princesa de los rizos de oro y del pequeño MaxiBoy, dos grandes personajes que van en bici a toda velocidad y mezclan idiomas en sus conversaciones provocando gran envidia en su audiencia. Gabriela es además un poco culpable de que haya vuelto a retomar esto de poner cosas por escrito (en este blog). Gracias Gabriela por esto, por lo otro, por aquello, por la pomada que le quitó el picor a Bruno, por lo demás ... en fin, que pronto volveremos (o volveré) a la isla, con viento norte o sur, da igual.