martes, 6 de noviembre de 2012

Plumas de ganso

Hoy martes no consigo levantarme. Se me está pasando por la cabeza presentar una dimisión que, sin embargo, sé con seguridad que no va a ser admitida. Porque al otro lado de los 25 kilos de pluma de ganso, o del primo del ganso, que separan mi presente de mi futuro inmediato existe un mundo que me espera, y que cuenta conmigo. Y lo que realmente querría hacer ahora serían varias llamadas telefónicas  para anunciar mi intención de no abandonar por hoy el calor de las plumas de ganso (o similar), porque mis pequeños grandes dolores, mi falta de fuerza y mis pocas ganas se han aliado hoy contra mí, pero no quiero preocupar a los quemásmequieren, y, tachados estos de la lista de posibles llamadas, no creo que a nadie le interese si yo tengo ganas o no de levantarme hoy martes, así que ... he pensado que, una vez más, el aporrear sin sentido el teclado de mi mac puede servir para ... ¿nada?, da igual, ya he contado lo que quería contar ...

Y para cuando los quemásmequieren lleguen a leer esto, si lo hacen, ya no tendrán que preocuparse por mis ganas o no de levantarme hoy martes, porque a esas alturas, ya me habré vestido con unos vaqueros y unas botas, una camiseta sin mensaje, habré cambiado los 25 kilos de pluma de primo de ganso por una nueva chupadecuero que he adquirido a precio de wholeseller (ahora que soy tendera ...) y estaré en un tren de cercanías dirección Madrid centro.

Próxima estación : Recoletos.


1 comentario:

  1. Jajaja, las plumas del primo del ganso... o de la oca. ¡¿Qué importa si son galgos o podencos?! lo importante es que abriguen.
    besos

    ResponderEliminar