sábado, 29 de agosto de 2009

Como un aviador

Me dispongo a aterrizar un día de éstos. Mientras tanto sobrevuelo la zona sobre la que voy a posar los piés y aprovecho para reconocer el terreno. Vengo de un viaje no muy largo pero intenso, vengo de otro blog, me marché de allí porque me cansé, porque caducó, porque todo allí me recordaba a enfermedad, a bajón, a no poder, a esfuerzo, a decepción. Aunque eso no era lo más importante, lo más importante tenía que ver con el éxito, con la superación, la suerte, los progresos, los avances y mejoras, la buena gente, la comprensión, el amor. Pero yo veía la otra cara de la moneda, porque soy así, porque me castigo a mí misma, no sé con qué fin.
Cuando esté preparada, aterrizo, pero quiero que sea un aterrizaje seguro, rápido, quiero demostrar pericia de comandante con muchas horas de vuelo y mirada altiva. Quiero darme la bienvenida a mí misma a un lugar donde la temperatura es agradable, el viento suave y el pronóstico del tiempo para los próximos años de bueno a muy bueno. Llego con una maleta piloto, pequeña pero con todo lo necesario, sin cosas supérfluas, no facturo nada, la traigo en cabina, así que no hay posibilidad de que se extravíe, lo que necesito viaja conmigo. Atrás dejo muchas cosas y algunas personas, no es la primera vez que dejo atrás cosas y personas, necesito hacer limpieza de vez en cuando para seguir avanzando.
Me presento. Me llamo Marta. Mi maleta es de color azul y mi pelo negro y brillante. Cuando aterrice me reconocerás por mi sonrisa, porque últimamente sonrío mucho. Llevo conmigo una canción que descubrí este verano de sol y olas, una canción que me provoca una continua sonrisa, que me da energía, una canción que he adoptado. Esta canción.



Y con esta canción, y muchas otras paso los últimos días de este largo verano del 2009. Aprovecho esos últimos días para disfrutar minuto a minuto de mi famila, de mi tierra, del mar, de las horas sentada en el porche con vistas de color verde, de mi cama refugio, de mis amigos, de mi música, de mis otros amigos, de los eternos cafés del desayuno, de la playa, de los libros, de mis otros amigos ...
Dentro de poco empieza de nuevo el cole, dejaremos todo esto y nos iremos, espero haber podido aterrizar para entonces. Mientras tanto sigo volando ...
... como un aviador

"Más de una vez te he querido abrazar
por temor a perderte después.
Suelo pensar en aquel aviador
que no pudo evitar el volcán.
Desde que el cielo amenaza llover,
el aviador sobrevuela el mismo peligro,
y ayer al oírte llorar
me acordé del calor de la casa de invierno.
Los días pasan en alas del buen aviador"

No hay comentarios:

Publicar un comentario