domingo, 27 de diciembre de 2009

Navidad (feliz)

Me fuí en Halloween y volví en Navidad. Yo, que reniego de las festividades y celebraciones. Yo, que celebro lo que quiero, cuando quiero y como quiero... y porque sí. En esta ocasión he saltado de una fecha a otra dejándome en el camino casi dos meses de dolores de cabeza vencidos a base de generosas raciones de analgésicos, un par de viajes de ida y vuelta a Santander, algún que otro concierto, unos cuantos cafés con leche y amigos y días de otoño de color azul y marrón (siempre me ha gustado mucho la combinación de los azules con los marrones).
Durante esos días he dedicado parte de mi tiempo a escribir otras cosas, pero no quiero abandonar del todo este espacio, así que haciendo un pequeño esfuerzo he decidido retomarlo. Podría empezar a contar por qué no me gusta la navidad, por ejemplo, pero no lo voy a hacer, no me gusta la navidad, pero me gusta aún menos el explicar por qué. En esta época mis energías disminuyen, las luces de colores me marean y no me dejan ver con claridad las cosas, en esta época se agudiza mi capacidad de captar en primer plano lo que más triste me pone, los villancicos provocan reacciones en mi cuerpo difíciles de explicar. De mis reservas utilizo las fuerzas necesarias para seguir la subida de adrenalina que sufren mis hijos en estas fechas, pero para tal labor cuento con la inestimable colaboración de mi madre, que hace cosas como colocar,en tiempo récord, un enorme nacimiento con musgo natural, piedras, troncos, y no sé cuántos elementos de la naturaleza que rodea mi casa, o colocar un árbol navideño alternativo en menos de minuto y medio, como si de una varita mágica dispusiese, o hacer un kilo de mazapanes previa colocación de un gorro de cocinero de fabricación casera en las cabezas de mis hijos y aguantar su vena creativa a la hora de hacer ratones, caracoles y armadillos de mazapán; también cuento con la apreciada ayuda de mi padre, que pone un punto de solemnidad y sentido común a estas celebraciones, de mi hermano, que asume el rol de tío enrrollao y dispuesto a todo, y de Pepe, que es capaz de estar una tarde entera jugando al monopoly ... mientras tanto, yo atonto mis sentidos al calor del fuego y, desde el sofá, contemplo la estampa navideña. Ahora se me permiten licencias porque sí, y en esta época abuso de mi condición de hijaesposahermana mimada.
Entre tanto quedo con unos amigos, no compro regalos, quedo con otros amigos, no como turrón, recibo la visita de algún familiar, no juego a la lotería, duermo largas siestas y hago muchas fotos.
No intento ir contra el mundo en estás fechas, pero tampoco quiero que el mundo en estas fechas vaya contra mí, así que yo me protejo como puedo.
Dentro de poco llegará enero, con su cuesta y sus rebajas, desaparecerán las luces de colores y yo atracaré a visa armada mis tiendas favoritas, convertiré la cuesta arriba en una cuesta abajo por la que deslizarme agradablemente, y a mis seres más queridos y a mis amigos les seguiré queriendo tanto a más que antes, igual que en navidad (qué casualidad) ...

Y como yo me adapto a todo, aunque no lo parezca y allí donde fuere hago lo que viere (he celebrado la festividad judía del sabath en Londres y he bailado country line dance en Arizona) felicito a todos la navidad y mando desde aquí mis mejores deseos para el próximo año con este dibujo obra de nuestro gran amigo y gran artista PepeOrtiz quien, con todo su corazón (como yo), realiza las más bonitas y entrañables felicitaciones navideñas

1 comentario:

  1. La tarjeta es fantástica, ya ves que no todo es tan malo :)

    ResponderEliminar