jueves, 3 de febrero de 2011

Una llamada saludable


Desde la popularización de la telefonía móvil, el teléfono fijo de mi casa ya sólo lo utilizo para hablar con mi madre y para recibir llamadas que no quiero recibir, llamadas de gente que me intenta vender lo que no quiero comprar, convencer de esto y de lo otro, engañar, confundir, regalar lo que no son regalos ... si tengo el teléfono a mano puedo llegar a ser amable, si me tengo que mover para cogerlo suelo resultar bastante seca y cortante, pero si la llamada me despierta de un apacible (o incluso tormentoso sueño) el pobre busto parlante al otro lado de la línea telefónica, que quizá esté en el Perú, puede llegar a sufrir graves daños morales.
Hoy he tenido una conversación con una señorita que llamaba en nombre de mi compañía aseguradora de salud. Preguntó por mí, era amable, vocalizaba, no me dolía nada, no me pilló durmiendo, así que escuché lo que tenía que decirme, más bien ofrecerme, que era un seguro de vida, enfermedad, hospitalización, invalidez y no sé cuántas más desgracias juntas por una cuota mensual que ella calificó de ridícula. Tras mi negativa a aceptar semejante ofertón se permitió la pequeña osadía de preguntarme cuáles eran los motivos que me llevaban a rechazar un chollo de esas características, y yo muy amablemente, y por no entrar en detalles y porque ya me empezaba a cansar de hablar por teléfono con una extraña que me contaba cosas que no me interesaban, le dije que no quería pensar en futuras enfermedades, posibles desgracias o en que un autobús me atropellase al cruzar una calle un miércoles cualquiera, quiero vivir el día a día, muchas gracias señorita. Pero la señorita no se rendía, veía en mí una mina de oro, o de salud mejor dicho (obviamente su ojo comercial estaba bastante distorsionado hoy) e insistió e insistió hasta que no me dejó más que dos opciones, o mandarla a tomar aire fresco, ¿es así como se dice mandarla a la mierda en plan fino?, o dejarle las cosas bien claritas, y ya que había empezado bien pues no iba a ser maleducada al final, así que respiré hondo y le dije, a ver señorita, hábleme de los periodos de carencia, hábleme de condiciones, hábleme de esto y lo otro, todo me lo resumió en "tendrá que contestar a cuatro preguntitas de nada sobre su salud", ¡bingo!, pero no hay problema porque son cuatro preguntitas de nada y no tienen importancia porque no tiene usted problemas de salud importantes,¿verdad?, ¡bingo!, pues mire usted señorita, que mala suerte (para mí), que sí, que algún problemilla de salud si que tengo en mi curriculum, pero bueno, no pasa nada dice usted, así que lo obviamos y me sigue usted informando, ¿verdad?.
No, no me siguió informando, ¿para qué?, ya le informé yo a ella, le informé de lo harta y decepcionada que estaba con mi seguro de salud, esa compañía para la que ella trabajaba, no sé con qué grado de implicación, ni me importa, esa compañía, que al igual que sus primas-hermanas de nombres similares y similares características, realizan esos anuncios para la TV tan bonitos, localizados en playas desiertas en invierno con abuelos y nietos vestidos con jerseys marineros a rayas y madres de melena rubia al viento, padres descalzos que lanzan a sus sonrientes bebés a las nubes, abuelas con el pelo color plata y piel morena y donde no falta, por supuesto, un golden retiever (o dos) ... "cuidamos de ti, por tu bienestar,blablablabla", qué bonito, la verdad es que son muy bonitos esos anuncios, a mí me encantan, pero bueno, también me gustan los anuncios de BMW "me gusta conducir" yeaaaaahhh ... todo es muy bonito para los seguros de salud mientras tu salud es buena, pero no enfermes, y si enfermas, no enfermes mucho, y si enfermas mucho, es mejor que no te tengan que hacer muchas pruebas, y si te tienen que hacer muchas pruebas, es mejor que estas no sean muy costosas, porque entonces las cosas dejan de ser bonitas, y todo empiezan a ser pegas. A ver señores de la aseguradora que se encarga de mi bienestar físico, se piensan ustedes que yo he me he levantado hoy y me he dicho a mi misma, ya que el sol no luce esta mañana creo que me voy a pasar por el hospital para que me pinchen aquí y allá y entonces analicen eso y lo otro ... ayyyy, o mejor, una prueba genética, hoy me apetece una prueba genética, o mejor aún voy a que me taladren la médula un rato ... no me vengan ustedes con la tontería esa de que ya me han hecho esa prueba dos veces, si mi médico me la pide una tercera vez será por algo, no me pongan de mal humor, estoy asustada y con el susto en el cuerpo ya tengo bastante. Señorita, su seguro de salud está genial si estás sano o poco enfermo. ¿Me quiere colgar ya? No, ahora me va a escuchar usted a mí. Estoy harta de atender llamadas como la suya, ahora me va a escuchar usted a mí, que es es lo que me está usted diciendo ¿que si no estoy satisfecha con el servicio me dé de bajajajajajajajaa? ja, no señorita, ahora precisamente no, ahora pagarán ustedes mis pruebas hasta que me muera, lo siento, no se desharán de mí tan fácilmente... blablabla ... bueno señorita creo que ya me he despachado a gusto, suerte con su próxima víctima, espero que esté sana, o simplemente resfriada.

2 comentarios:

  1. Si eres "rico en salud", les interesarás, para que pagues y no gastes. Si eres "pobre en salud", no les interesarás, porque se tendrán que gastar más dinero. Conozco una mujer que trabaja en Sanitas y su curro es de lo más deleznable: " mire usté, no le renovamos la póliza porque tié usté un cáncer y no nos compensa, asín que váyase a la seguridá social". Eso después de pagar durante años, pues sienta mal, ¿verdad?
    Cuídate.
    Fernando

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  2. jejejej le tocó pagar el pato ea, si es que la crísis hace a los comerciales cada vez mas agresivos si cabe...
    Besos!

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